lunes, 8 de septiembre de 2008

Soledad


Uno de los principios de la sociedad actual es el individualismo.

Sé tu mismo. Sé tu propio jefe. No te dejes influenciar por los demás. Ve a tu rollo, a tu bola. No dejes que nadie se meta en tus asuntos. Es mejor estar sólo que mal acompañado. Pon tus propias reglas. No dejes que nadie marque tu destino.

Así de primeras, son algunas de las frases que resuenan en mi cabeza, que me ha dicho alguien, algún amigo, alguien de mi familia, la tele... Todas ellas tienen el mismo mensaje común, la individualidad frente a la comunidad. Al fin y al cabo, la soledad.

Ayer en Guada, durante la homilía leyeron un breve texto, sobre lo que hizo Jesús Neira. Tratando de aislar este hecho del "morbo" social que tiene el tema de la violencia machista (seamos sinceros... el tío está así por haber terciado en un robo o en otra cuestión y dudo mucho que tuviera el eco mediático que está teniendo), es un claro ejemplo de lo que te puede suceder por romper ese esterotipo social del individualismo.

Si te sales del tiesto, te la juegas.

A veces sólo te juegas tu prestigio. El que tus amigos se cachondeen de ti un rato. Un discusión más o menos seria con tu familia, con tu pareja. Que te miren mal en el trabajo.

Pero otras veces te juegas algo más. Te puedes jugar la vida, como este señor... o por cosas más nimias como criticar a alguien que está ensuciando la calle o alguien que te ha hecho una pirula conduciendo (más de una vez han intentado sacarme de la carretera por eso...). O jugarte tu futuro laboral, por criticar los abusos y las condiciones precarias de gente de tu entorno.

Cuantas veces nos callamos, por no salir de esa burbuja de comodidad, por no poner en peligro nuestro "status quo". Porque al fin y al cabo, es lo que peligra, nuestra tranquilidad, nuestra pequeña burbuja ficticia de paz y buenrollismo, en el que a unos metros de distancia nuestro, todo va bien, pero lo que pase más allá de nuestros límites, no es asunto nuestro... Que se encargue "papa" estado, que para eso está y para eso pago mis impuestos, ¿no?

Hace ya mucho tiempo leí que la verdad está reñida con la comodidad, porque la comodidad es la ausencia de esta, la falta de inquietud. Como siempre, se nos va la vida en pequeñas cosas, en pequeñas decisiones. Empeñarse en vivir o empeñarse en morir.

Hasta hace dos telediarios Nachete se estaba empeñando en morir.
El tema es que hará de aquí al siguiente telediario.



Otra pavada más de Nachete |  
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